viernes, 1 de marzo de 2013

"Rojo llover"


Fría ventosa tarde de primavera despiertas sin saber las calamidades que el día, la semana, el mes o el año te deparen a partir del mismo instante que tocas el suelo de ardiente frío de tu cuarto al pie de tu cama. Sufres la pena mortal de la salud que corroe tu alma, pues el deseo de su posesión no poseída te ataque desde dentro. Pero ahí no podría pararse del todo, no sería lo suficientemente duro para sí, si no incluyese una visita con ella, la cual acabó tierna pero más tristemente dura de lo que cualquiera se hubiere imaginado. Duras palabras que golpean las puertas de una nube que deja caer la presión justo en tu pecho y que flota ahora en tu loza recién lavada. Dificultosamente respiras y sufres espasmos emocionales con cada vivo recuerdo que cobra una importancia absoluta en tu corazón, el objeto al cual identificamos nuestra ánima vuela seca ahora, en su terrible agonía. Lluvia carmesí de sufrimiento con olor a dulce cereza como cicuta se hunde en mi piel y en mi barbilla se une para dejarse caer por mi cuerpo desnudo confundiéndose con las lágrimas de algo que ni si quiera es capaz de comprender, no fue capaz de ver la felicidad delante suya como para luego, sin lugar a dudas exprimir los sentimientos insolubles de un alma caritativa y su desprecio sacrificarlo por espera insoportable. Nunca se volverá a sentir ni a ver de la misma manera aquello, pero sí se puede hacer algo. Mantener una llama de esperanza que quizás nunca se cumpla de nuevo o que quizás nunca pueda mantenerse encendida… O por lo menos hasta que el farolero siga en pie… El caso es que si la verdadera prueba del cariño y amor que recibo de su mirada quiere volver a verla en mi en cualquier momento a lo largo de si existencia, siempre me tendrá esperándola sentado viendo pasar las mareas, olas y viéndolas romper en la costa de mis sentimientos. Nunca algo se acaba del todo. Si amas a alguien, si realmente dices que la amas, la querrás de por vida, si no, no salgas con falsas historias de amor. Si amas, es para siempre. Y a su soledad torna este viejo marchito individuo de palabrería extraña con un toque de irrelevancia para aquellos que no la entiendan y locura irreversible para los que consigan ver algo escritas en ellas. Vuelvo a mi solitaria oscuridad.
Nunca dejaré de esperar.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=-UMCzOzQjI8



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